Para comunicarnos, para compartir lecturas, para sentir que, pese a nuestras diferencias individuales, tenemos una parcela común que nos permite rellenar esos vacíos inexorables que constituyen nuestra existencia más radical. Para sentir por un momento que, aunque esencialmente estemos solos, aunque en el fondo de nosotros mismos todos alberguemos alguna experiencia que nos ha hecho sentir en algún momento extraños y, en el peor de los sentidos, aislados, sin embargo, tenemos la posibilidad de expresar esas sensaciones y muchas más, ya que contamos con la posibilidad de reflexionar juntos sobre una historia y unos personajes que, estoy segura, a ninguno nos ha dejado indiferentes. Para eso ha nacido este blog.
Como introducción a esta excepcional novela, dejemos al texto hablar por sí mismo: «En una clase de primer curso Mattia había estudiado que entre los números primos hay algunos aún más especiales. Los matemáticos los llaman números primos gemelos: son parejas de números primos que están juntos, o mejor dicho, casi juntos, pues entre ellos media siempre un número par que los impide tocarse de verdad. Números como el 11 y el 13, el 17 y el 19, o el 41 y el 43. Mattia pensaba que Alice y él eran así, dos primos gemelos, solos y perdidos, juntos pero no lo bastante para tocarse de verdad.»
Esta bella metáfora es la clave de la dolorosa y conmovedora historia de Alice y Mattia. Una mañana fría, de niebla espesa, Alice sufre un grave accidente de esquí. Si la firmeza y madurez con que este joven autor desarrolla el tono narrativo impresiona y sorprende, no menos admirable es su valor para asomarse sin complejos, nada más y nada menos, a la esencia de la soledad.
Quisiera subrayar los siguientes aspectos de esta lectura:
1.- La juventud de su autor y, por contraste, su tremenda madurez para abordar un tema tan desgarrador como la soledad.
2.- La capacidad para atraparnos en una historia que, en principio, nos resulta ajena al personalizarla en dos seres aparentemente diferentes. Y que, casi sin darnos cuenta se va metiendo en nuestra propia historia hasta convertirnos en un número primo más, porque, ¿qué somos los seres humanos sino un número primo en palabras del autor?
3.- La originalidad del título y la metáfora del ser humano como una peculiaridad matemática.
4.- El tema en sí: la soledad. Pero no es esa soledad que se elige o que te elige, esa soledad transitoria de la que puedes escapar o no. Es esa soledad existencial, esa realidad más radical que el ser humano es. "Estamos solos, sin excusas", como diría Sartre. Y es que entre Mattia y Alice y el resto de los personajes solo existe una diferencia: haber comprendido o no que ésa es nuestra realidad.
Todos los personajes están atrapados en esa soledad esencial. La única diferencia está en atrapar esos segundos en que se toman las decisiones que marcan nuestra vida o en dejarlos escapar.
También es interesante el perfil que traza el autor de algunos trastornos de conducta como el autismo o la anorexia. Magistral.
En fin, me parece una obra cruda, demoledora, que no por estar escrita de forma ágil y amena pierde parte de su intensidad.
No sé si el autor podrá superarse, porque creo que ésta tal vez sea su "obra".
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