Aleksy sale del internado para pasar con su madre unas vacaciones en un pueblo francés. No piensa permanecer allí mucho tiempo porque no soporta a esa madre que le negó el cariño cuando él más lo necesitaba. Sin embargo, el descubrimiento de la enfermedad terminal de ella le hace permanecer a su lado y es durante esos tres meses de convivencia cuando la relación materno-filial se va transformando.
Ya adulto, y convertido en un artista de éxito, Aleksy tiene que contar esta historia para desbloquear su creatividad artística.
Es un libro maravilloso, tierno y valiente, que analiza las complejas y conflictivas relaciones entre padres e hijos y que reflexiona describiendo perfectamente sentimientos tales como el resentimiento, la compasión y, cómo no, la indulgencia.
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