Son dos historias que aparentemente no tienen nada que ver hasta el final del libro.
Una es la historia de Fede, un niño afectado por un fuerte conflicto edípico, que sufre la adicción a las drogas de sus padres y la posterior separación de estos que le lleva a alejarse de su madre. Fede escapará de la casa de su padre y de la nueva mujer de este y volverá a Barcelona a buscar a su madre. Pero hay personas y circunstancias en que la mala fortuna se ceba y recrea...
La otra, es la historia de Marta, una pintora sin éxito, que entabla una relación con Juan, un juez de menores que sorprendentemente pronto quiere casarse con ella.
Me ha gustado mucho cómo está contada la historia y la empatía que siente la escritora hacia los menos favorecidos por la suerte y las circunstancias. Me parece una buena historia muy bien contada.
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